Y se hizo el silencio. Un frío viento recorrió de extremo a extremo el escenario.
1500 personas se situaban ante nosotros, 2 metros por debajo. Todos miraban con cara de intriga, no sabían que íbamos a hacer, a pesar de que nuestras pintas bien lo dejaban claro. ¿Qué voy a hacer con una guitarra, asar gambas?
-Es la hora-
Conecté el ampli a mi guitarra, e hizo un molesto ruido en el proceso. Sentí de nuevo lo que sentí la primera vez que cogí mi guitarra. Una fuerza desconocida.
"Tic...tic...tic, tic, tic"
-Mi turno-
Coloqué mi púa en la 4ª cuerda para empezar a tocar esa canción que habíamos preparado, cuando...
-¡Adrián, coño!-
Me levanto de sobregolpe. Todo ha sido un sueño, genial. ¿La mala noticia? Ese concierto nunca fue real. ¿La buena? Tengo aún 8 meses para prepararme antes de darlo.